El Club Atlético Unión de Santa Fe no solo es un símbolo de pasión deportiva, sino también un espacio donde las mujeres han escrito su propia historia. Desde principios del siglo XX, las mujeres, conocidas como Tatengas, han luchado por ganar su lugar en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres. Su participación no se limitó a ser espectadoras, sino que se extendió a roles directivos, deportivos y sociales, marcando un camino de inclusión y empoderamiento que sigue vigente hoy en día.
Los inicios de la participación femenina
En 1918, el Club Atlético Unión modificó sus estatutos para permitir que las mujeres se asociaran, un hecho pionero para la época. A principios de 1923, se creó la primera Subcomisión de Mujeres, integrada por destacadas figuras como Elvira Bellucci (presidenta), Lucía Fleitas (vicepresidenta), Aída Silva (secretaria) y otras mujeres que asumieron roles clave en la organización del club. Desde entonces, las Tatengas comenzaron a participar activamente, no solo votando en las asambleas, sino también practicando deportes como atletismo, tenis (desde 1929) y básquet (desde 1935). En un contexto histórico donde las mujeres seguían asumiendo principalmente roles de cuidado en el hogar, su participación en espacios como el club también estuvo vinculada a la concepción de estos lugares como un ámbito familiar. El club, por lo tanto, funcionaba como un espacio de socialización y recreación que, si bien abrió puertas para las mujeres, también se enmarcaba en una visión de la vida pública que continuaba estrechamente ligada a los lazos familiares y al entorno del hogar.
Un hito histórico se alcanzó en 1947, cuando por primera vez una mujer, Luisa Barisone (tía abuela del querido Diego), se presentó como candidata a vocal por la lista “Rojiblanca” en las elecciones del club. Este hecho marcó un precedente importante en la lucha por la igualdad de género dentro de la institución.
Reformas estatutarias y mayor inclusión
El 9 de junio de 1953, se realizaron cambios significativos en los estatutos del club, como la extensión del mandato de la comisión directiva de uno a dos años, la creación de cargos de síndico titular y suplente, y la eliminación de requisitos económicos para asociarse. Estas reformas democratizaron el acceso al club, lo que permitió que muchas mujeres se integraran activamente. Cabe resaltar que en esa época, las mujeres enfrentaban barreras sociales y culturales que limitaban su participación en diversos ámbitos, incluidas las asociaciones. Las restricciones económicas y la exclusión de la vida pública les impedían tener acceso a estos espacios, por lo que la eliminación de estos obstáculos en el club representó un avance hacia la igualdad de género, permitiendo a las mujeres acceder a roles de poder y decisión que antes les estaban vedados. Como resultado, el número de socios alcanzó los 20.000, y las mujeres comenzaron a ocupar roles más protagónicos en las subcomisiones y departamentos.
En 1957, bajo la presidencia del escribano Alejandro Mario Ulla, dos mujeres, María J. P. Ravera y María del Carmen C. de Yori, se integraron por primera vez a la comisión directiva. Este hecho sentó las bases para que, en las décadas siguientes, más mujeres asumieran roles de liderazgo en el club, como Marta Marianelli, Ivonne Nabte de Scotta, Sonia Chialvo, Silvia D’Amico, Gladis Nancy González y Claudia Díaz, entre otras.
El renacer de la Subcomisión de Damas y el Día de la Mujer Unionista
El 16 de enero de 1996, se conformó la Subcomisión de Damas, un espacio dedicado exclusivamente a las socias Tatengas. Bajo el lema “Un lugar para las tatengas”, esta iniciativa culminó en octubre de ese mismo año con la inauguración del Codo de Damas en el estadio, un espacio seguro y exclusivo para las mujeres.
El 15 de noviembre de 1997 quedó marcado en la historia del club como el Día de la Mujer Unionista. En un emotivo acto celebrado en La Tatenguita, se reconoció oficialmente la importancia de las mujeres en la vida institucional del club, con la presencia de doña Chola, esposa del entonces presidente Ángel Malvicino, quien jugó un papel clave en la organización del evento.
El deporte femenino: una lucha por la igualdad
Las Tatengas no solo destacaron en roles directivos, sino también en el ámbito deportivo. Desde los primeros torneos de atletismo en el antiguo terreno de Bulevar y San Jerónimo, pasando por la incorporación del tenis en 1929 y el básquet en 1935, las mujeres unionistas demostraron su talento y dedicación. En los años 50, el básquet femenino resurgió con fuerza, logrando el subcampeonato de la Asociación Santafesina de Básquet.
En la década de 1970, el patín artístico cobró protagonismo, con un equipo femenino que alcanzó reconocimiento nacional gracias a su espectáculo Revista Carrousel de Oro. La natación también tuvo sus representantes destacadas, como Antonella Bogarín, quien compitió en los Juegos Olímpicos de 2008, y otras nadadoras como Agustina Periotti y Malena Santillán, que brillaron en torneos nacionales.
El vóley femenino tuvo su auge en los años 70, y en las últimas décadas, el equipo ha logrado títulos en 2018, 2021 y 2022, además de una participación histórica en la Liga Federal de Voleibol en 2024. El atletismo también ha sido una disciplina destacada, con figuras como Marisa Benítez, quien representó al club en competencias nacionales e internacionales.
El fútbol femenino: un camino de perseverancia
A principios de la década de 1990, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) oficializó el fútbol femenino, y en 1991 se disputó el primer torneo nacional.
El 23 de diciembre de 1995, se fundó la Asociación Santafesina de Fútbol Femenino, en la que Unión participó activamente junto a otros clubes de la región. Aunque los campeonatos femeninos enfrentaron dificultades y desinterés por parte de las autoridades, el club mantuvo viva la práctica del fútbol femenino durante varios años.

En 2011, el fútbol femenino en Unión experimentó un renacimiento. El 15 de septiembre de ese año, las jugadoras retomaron la práctica y participaron en el Torneo Apertura 2012 “Liria Vianco”, organizado por la Liga Santafesina. A pesar de un debut complicado con una derrota 5-0 ante la UNL, el equipo logró su primera victoria el 10 de junio de 2012, ante Cíclon Racing, con un gol de Daiana Cardozo. Desde entonces, el fútbol femenino en Unión ha crecido, obteniendo varios títulos y consolidándose como un referente en la región.


Desde aquel debut oficial en Liga Santafesina Unión logró: 14 títulos de Liga y 3 títulos provinciales.
En clásicos los números demuestran una maternidad abrumadora: 22 partidos disputados, con 16 victorias, 4 empates y tan sólo 2 derrotas.
Primer clásico: 20 de abril de 2013 – Victoria por 5 a 0
Último clásico: 1 de octubre de 2022 – Victoria por 4 a 0
Máxima goleadora: Lucía Almada con 10 tantos en 5 partidos
Mayor cantidad de presencias: Erica Guadalupe González con 21 encuentros.
Los méritos para competir en AFA eran demasiados, algo que finalmente ocurrió en la temporada 2023. El equipo de fútbol femenino de Unión comenzó su participación en AFA disputando el Campeonato de Primera División “C”. El debut tuvo lugar el 15/4/23 como visitantes en la Ciudad Deportiva Don Bosco, pcia de BsAs, con triunfo por 2 a 0 ante Villas Unidas. Ese mismo año el club consiguió el ascenso a la Primera División “B”.
Conclusión: Un legado que perdura
La historia de las Tatengas en el Club Atlético Unión es un testimonio de lucha, perseverancia y empoderamiento. Desde las primeras deportistas, socias y dirigentes hasta las miles de niñas que se incorporan año tras año a las distintas actividades del club, las mujeres han demostrado que su lugar en el club no es secundario, sino fundamental. Su legado no solo ha enriquecido la vida institucional de Unión, sino que también ha inspirado a futuras generaciones a seguir rompiendo barreras y construyendo un club más inclusivo y diverso. Las Tatengas son, y siempre serán, parte indisoluble de la identidad de nuestro club.